Tikoso, centro cultural autogestivo en la Montaña que promueve conservar saberes de sus pueblos

Texto: Beatriz García

Fotografía: Franyeli García 

10 de noviembre del 2021

Tlapa de Comonfort

 

El Centro Cultural Tikoso, que significa grillo en lengua tun´savi, está ubicado en Tlapa, es un rincón de la región Montaña de Guerrero donde se comparten saberes y la cultura de los pueblos mixtecos, tlapanecos y nahuas.

 

Edith Herrera Martínez es fundadora y creadora de este proyecto que incluye Tikoso pan y café, y que fue inspirado en niñas y niños y en la unión de culturas de la Montaña alta.

 

Ambos proyectos están en un mismo espacio en la calle Morelos, aun costado de la central de autobuses de Tlapa.

 

Los colores del lugar saltan a la vista, son tonos brillantes: verdes, amarillos, rojos, azules y rosas.

 

Edith es antropóloga, tiene 33 años y es originaria de Zitlaltepec, municipio de Metlatónoc.

 

Lo primero que soltó Edith fue el significado del nombre del lugar, un nombre en su lengua mixteca. En la región también llaman grillos a los niños, como una manera de comprara el ruido que provocan.

 

Edith ideó el proyecto junto a su pareja Oscar Rodríguez. Todo 2018 fue dedicado a la planeación.

 

Al abrir estos dos proyectos, que en realidad es uno, se trazaron varios objetivos. Edith sabe que aunque la Montaña sea conocida como “corazón de la montaña”, hay pocos lugares donde se permite el desarrollo de la identidad, escuchar las lenguas maternas de la región y de otras zonas con las que colindan en Guerrero, ver exposiciones fotográficas o pictóricas de artistas de los mismo pueblos, que reflejen su cosmovisión, hablar de su ritualidad.

 

Edith se quejas de que las autoridades estatales y municipales no ofrezcan estos espacios. Por ejemplo, la Casa de la Cultura de Tlapa no tiene un espacio propio, sólo es un membrete, porque los involucrados, la mayoría jóvenes, hacen actividades en estacionamientos, porque no hay dónde hacer tareas o escuchar música.

 

Ese fue el motivo por el que Edith y Oscar pensaron en un espacio que conectara a los habitantes con su identidad, porque cuando es una región donde confluyen mixtecos, tlapanecos, nahuas y mestizos, no se da una convivencia “sana”, según la apreciación de la antropóloga.

 

“Poco se ve el espacio de encuentro, es más que a los indígenas se les relega a las periferias y no se les reconoce su aporte, y eso genera que niños y jóvenes no se identifiquen con su pueblo, su lengua. Entonces se necesitaba reconectarlos porque hay una crisis donde los saberes de las comunidades se están perdiendo”, explicó.

 

Tlapa es una zona de comercio de la región donde se concentran habitantes de varios pueblos originarios. Según el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) tiene 96,125 habitantes, es el séptimo municipio más grande de Guerrero.

 

Con Aurelia Ruiz, otra mujer importante en el proyecto, Edith coincidió al hablar de identidad, textiles, salud comunitaria y alimentación, que incluso conocieron desde otros procesos organizativos de hace más de 10 años, como la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC), un colectivo de tejedoras de Cochoapa el Grande y cafeticultores de Zitlaltepec, otro pueblo de la región, y ahora está sumada para empujar Tikoso.

 

Primero pan y café

Aun cuando la idea principal fue crear el Centro Cultural, primero surgió Tikoso pan y café, como una manera de generar un un espacio autónomo y autogestivo, donde los programa y apoyos gubernamentales no entraran; debían generar los recursos económicos desde dentro. Además, para el Centro Cultural se necesitaba dinero.

 

La cafetería se montó con préstamos de todo tipo. Algunos muebles, cafeteras y utensilios eran de la casa de Edith y Oscar. Ahora, cuando se abre la puerta del lugar se ven las repisas con pan y un refrigerador con pasteles, además salta el olor del pan recién horneado. Aun costado está una pequeña puerta que conduce a la panadería, donde hay mesas y sillas de madera, ahí es la cafetería que comenzó a funcionar el 6 de octubre pasado.

 

Ahí se cuida que la materia prima para los productos sean de calidad; horneado todos los días, todo es fresco, recién hecho. Edith cree que si la idea es obtener ganancias para que el proyecto crezca según sus planes, deben dar un buen servicio.

 

El café que se sirve es de la región, de Malinaltepec y Zitlaltepec, principalmente. También han servido café de cooperativas zapatistas de Chiapas y de otros colectivos de Oaxaca.

 

En el Tikoso pan y café emplean entre 10 a 15 personas, la mayoría son jóvenes y mamás, y constante cambio de personal. Edith explica que de las cerca de 100 personas que han trabajado en diferentes momentos, la mitad son madres y tienen complicaciones porque deben atender a su hijos; en el mismo proyecto valoran la idea crear guardería Tikoso, con el fin de que las mujeres madres de familia puedan emplearse.

 

Tikoso en su versión de centro cultural

Aurelia Ruiz es licenciada en Desarrollo Comunitario Integral y es la encargada de las actividades del Centro Cultural desde que abrieron al público, el 12 de febrero del año pasado.

 

El Centro Cultural está ubicado en la segunda planta de la cafetería. En las paredes hay grillos pintados, todos leyendo; un niño con una máscara de grillo sosteniendo un libro, un árbol frondoso que en sus ramas cuelgan cajas de madera de colores, es un librero; también hay aves y más cajas de madera de colores colocadas en las paredes de manera escalonada.

 

Este espacio alternativo surgió para ofrecérselo a las niñas, niños y adolescentes. Aurelia considera que es en ellos donde debe poner más atención.

 

Las actividades que se organizan ahí tienen que ver con mantener la identidad de los pueblos. Promueven y ofrecen talleres, exposiciones, trueques, proyección de cine, para que los niños, niñas y jóvenes conozcan sus orígenes.

 

La primera actividad que hicieron fue para niños y niñas de preescolar, con un enfoque comunitario, con la idea de que conocieran el entorno natural en el que viven, sus comunidades, porque muchos de ellos vienen de padres que migraron de otros municipios y pueblos de la Montaña alta a Tlapa.

 

Pero la pandemia por la Covid-19 obligó a cerrar las puertas del Centro Cultural, pero después abrió como una alternativa para los estudiantes que en casa no tenían internet inalámbrico, ni los recursos económicos para contratarlo y debían tener clases a distancia.

 

Ahora Aurelia imparte clases de regularización y apoyo a tareas. Poco a poco regresa a la vida a Centro Cultural Tikoso.

 

El sábado 30de octubre en una de las paredes de la cafetería se montó una exposición pictórica denominada Ofrendas y rituales: la muerte en la Montaña, elaboradas por pintores y pintoras de la región. Los cuadros, en su alrededor, fueron adornados con vistosas flores de cempasúchil artificiales y con ella reiniciaron las actividades después de las restricciones por la pandemia. El Tikoso otra vez cobra fuerza y rumbo del proyecto integral de cuando se gestó.