«No murió de coronavirus», aseguran habitantes de Zoquiapa aislados

Texto y Fotografía: Marlén Castro

02 de junio del 2020

 

Tixtla

 

Unas niñas de siete u ocho años corren en uno de los pasillos de la Casa del Niño Indígena, en Zoquiapa, municipio de Tixtla.

 

Adolescentes con cubrebocas intentan una cascarita de baloncesto en la cancha de este albergue, ubicado a unos 50 minutos de la capital.

 

Ambos, niñas y adolescentes son parte de los jornaleros agrícolas que regresaban a sus comunidades de la zona Centro del estado, provenientes de Sinaloa, y que ahora están aislados en este albergue porque un señor de 60 años murió en el trayecto, y lo primero que pensaron, es que murió de coronavirus.

 

La situación por la que ahora están aquí es un tanto confusa.

 

Uno de los jornaleros cuenta, pegado a la reja de este albergue, que cuando arribaron a Tixtla, el domingo 31 de mayo, alrededor de las seis de la tarde, los interceptaron autoridades del municipio. Pero ninguno de ellos, aseguran, habría llamado para dar el aviso.

 

El jornalero que falleció convivió con el resto de pasajeros del camión los últimos seis meses del año, desde el 14 de diciembre que se fueron todos al municipio de Guasave, estado de Sinaloa, al corte de chile morrón, tomate cherry y arándanos.

 

 

Fachada del albergue Casa del Niño Indígena en Zoquiapa, municipio de Tixtla.

 

No todos son de Zoquiapa. Aquí hay gente de esta comunidad, de Chilacachapa y de Xochitempa. Las primeras dos son de Tixtla y la tercera ya es del municipio de Chilapa.

 

El jornalero que falleció es de Zoquiapa. Pero aseguran que no tenía ningún padecimiento relacionado con el coronavirus, como tos seca y fiebre. Él empezó a sentir mal por allá a principios de abril, cuando arreció el calor, porque era hipertenso.

 

El fallecido iba solo. No tenía un familiar cerca que lo procurara, que le diera de comer y lo curara, dicen y agregan en seguida, que nadie de las otras familias podía verlo, porque sus jornadas en el campo son largas y al terminar llegan a preparar sus alimentos y dormir.

 

Creen que el deterioro de la salud del fallecido se debió a la falta de alimento, lo que agravó su enfermedad.

 

Convivieron cada día de todos estos meses de diciembre a mayo, sólo que a la hora de comer y dormir cada quien se iba a su cuarto.

 

«No se murió de coronavirus», aseguran. «Si eso hubiera tenido, la mayoría estuvieramos enfermos y como ve los niños andan jugando.

Están sanos», asegura el jornalero más grande del grupo, de 50 años.

 

Dicen que en los últimos días, el señor que falleció, se veía recuperado.

 

Subieron todos al autobús para el viaje. Era una jornada larga, de unas 18 horas. Dicen que habría fallecido unas cuatro horas antes de llegar a Tixtla, aunque quizá haya ocurrido antes, pues nadie en realidad se percató del momento, él no se quejaba.

 

Son 44 personas las que están aisladas en este albergue, a la entrada de Zoquiapa. Una construcción de tabique, color amarilla, casi a la orilla de la carretera.

 

«Diga por favor que no tenemos coronavirus, porque la gente pasa y nos mira como si nos tuviera miedo», pide uno jornalero joven.

 

De Zoquiapa hay 20 personas, la mitad son niños, niñas y adolescentes. Otros 20 son de Chilacachapa, también con muchos menores y sólo una familia es de Xochitempa.

 

«Veniamos pisando los talones a la lluvia ya nos urgía llegar para empezar con la siembra», dice el jornalero mayor.

 

Si no hubiera fallecido su paisano, dicen, ahorita estuvieran en su parcela, arando la tierra para aprovechar desde el principio las lluvias.

 

«Queremos que el gobierno del estado nos saque de aquí, no estamos enfermos», insisten.

 

También se quejan de las redes sociales.

 

«En facebook dijeron que estábamos enfermos y por eso la gente de nuestro propio pueblo nos mira desconfiada, ni siquiera quiere pasar por aquí».

 

 

Elementos de Protección Civil de Tixtla resguardan el acceso del albergue en el que están aislados 44 personas, la mitad son niños y adolescentes que regresaban de Sinaloa a Guerrero, luego de seis meses de estar trabajando allá.