La noche del 26 también en Mezcala se vivió un infierno

Texto: Jesús Guerrero

Fotografía: José Luis de la Cruz / Archivo

29 de septiembre de 2021

Chilpancingo

Una comunidad del municipio de Eduardo de Neri, es uno de los lugares donde la Unidad Especial de Investigación y Litigación del caso Ayotzinapa de la Fiscalía General de la República (FGR) indaga si fueron traídos aquí un grupo de los 43 normalistas por integrantes del grupo criminal Guerreros Unidos la noche del 26 o madrugada del 27 de septiembre del 2014.

En el entronque hacia la comunidad de Mezcala, paso obligado hacia Carrizalillo, hay testimonios de que durante la noche del 26, individuos armados bajaron de su guarida e instalaron un retén en el kilómetro 82 de la carretera federal Chilpancingo-Iguala.

Lugareños de Mezcala, comunidad del municipio de Eduardo Neri, señalan que seguramente este retén con individuos con armas largas y cortas tuvo el propósito de impedir que las corporaciones policiacas federales y estatales pasaran por esta vía para llegar a Iguala y evitar que se les prestara auxilio a los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, agredidos por policías municipales e integrantes de Guerreros Unidos.

«Eran después de las 12 de la noche del 26 de septiembre cuando nos percatamos de que gente armada atravesó un camión de carga en la carretera y muchos automovilistas mejor se regresaron», señaló una mujer que tiene su negocio a un costado del entronque para entrar a Mezcala y a Carrizalillo.

Mencionan que se percataron que esos hombres armados balacearon a personal de una ambulancia del Servicio Médico Forense(Semefo) que se trasladaban a Iguala para levantar a las personas asesinadas.

En la agresión uno de los ocupantes de la ambulancia resultó lesionado de bala.

«Vimos que los de esa ambulancia se regresaron a Chilpancingo; creo que ya pasaban las doce de la noche del 26», señaló una señora.

Los dueños de los restaurantes a la orilla de esta vía federal cuentan que se percataron que la madrugada del 27, arribaron en este tramo decenas de agentes de la Policía Federal y se colocaron en forma estratégica a ambos lados de la carpeta asfáltica.

Sin embargo, no se registró ningún enfrentamiento.

Los pistoleros se regresaron a Carrizalillo y los agentes federales en vez de perseguirlos siguieron su camino rumbo a Iguala.

La otra versión es de que los integrantes del grupo criminal que bajaron de Carrizalillo colocaron este retén en la vía federal para dar paso a un convoy de vehículos en donde llevaban por la fuerza a un grupo de normalistas de Ayotzinapa.

Este grupo de pistoleros de Guerreros Unidos venían procedentes de Iguala.

Sergio Ocampo Arista, conductor del noticiero de Radio UAG, la Voz Universitaria, contó que alrededor de las once y media de esa noche del 26 de septiembre del 2014, él y un grupo de reporteros viajaban hacia Iguala para recabar la información de lo que ocurría en esa ciudad.

«Íbamos en una recta ya casi en el entronque hacia la comunidad de Xalitla cuando vimos que en el carril contrario (norte-sur) venía un convoy de camionetas con muchos hombres, y pues sí, nos dio mucho miedo», declaró Ocampo Arista.

A siete años de los hechos de Iguala, la Unidad Especial de Investigación del Caso Ayotzinapa incluyó a Carrizalillo como uno de los sitios de búsqueda de los 43 normalistas desaparecidos.

Los otros lugares donde se realizan búsquedas es en los municipios de Huitzuco, Cocula, Iguala, Tepecuacuilco y Taxco.

El pasado lunes 21 de este mes, integrantes de esta Unidad de Investigación encabezados por el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas realizaron una búsqueda en algunos puntos de Carrizalillo.

Vidulfo Rosales Sierra, asesor jurídico de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, señaló que hay siete puntos de varios municipios donde se realizan las búsquedas de los jóvenes.

«Carrizalillo, que pertenece al municipio de Eduardo Neri es uno de esos puntos que se está explorando pero hasta el momento no se tiene hallazgo alguno», afirmó el abogado.

«Estas búsquedas que se realizan en Carrizalillo y en otros puntos es en base a testigos e informantes», refirió.

«Hay datos de prueba de que un grupo de estudiantes (de Ayotzinapa) probablemente pudo haber sido llevado a Carrizalillo, y la información que se tiene es de que es uno de esos puntos», expresó Rosales Sierra.

Indicó que son zonas que dicen esos testigos pero hasta el momento en esos puntos señalados no se han encontrado hallazgos.

¿Eso está en el expediente del caso?

«Es correcto».

¿De un testigo protegido?

«No te puedo decir de un testigo protegido, hay varios datos de prueba de varios testigos que están declarando, que están diciendo que a Carrizalillo fue llevado un grupo (de estudiantes) y señalan una zona y es donde se está buscando

Carrizalillo, zona de control de la delincuencia

 

Los lugareños de Mezcala, señalan que desde el 2013, un año antes de los hechos de Iguala han vivido una situación de inseguridad ya que grupos de la delincuencia realizaban secuestros, extorsiones y hasta asesinatos.

El grupo delictivo que opera actualmente en esta zona también controla las empresas mineras asentadas aquí desde hace más de dos décadas.

«Antes de que llegaran estos delincuentes nuestros negocios estaban abiertos toda la noche para que la gente que transitara por aquí se les brindara atención, pero ahora cerramos a las nueve de la noche», contó.

Señalaron que si bien es cierto actualmente la violencia e inseguridad ha bajado de intensidad de todos modos sus negocios solo los mantienen abiertos al público hasta las nueve de la noche.

En este tramo carretero donde está el entronque hacia Mezcala y de la comunidad de Valerio Trujano, se han registrado enfrentamientos a balazos, levantones, además de que en esta zona ha servido como tiradero de cadáveres.

En mayo del 2013, en las inmediaciones de la comunidad de Valerio Trujano, fueron hallados los cadáveres de los activistas de la organización de Unión Popular (UP) de Iguala, Arturo Hernández Cardona, líder de esta agrupación, Ángel Román Ramírez y Félix Rafael Balderas luego de que tres días antes un comando armado presuntamente del grupo Guerreros Unidos se llevó a ocho integrantes de esta organización, cuatro lograron escapar.

De estos hechos, existe una averiguación previa en contra del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, por su probable responsabilidad en los asesinatos.

Versiones de la gente de Carrizalillo señalan que cuando la PGR y la Procuraduría General del Estado ya tenía evidencias de que los integrantes de «Guerreros Unidos» había perpetrado la agresión contra los normalistas, durante varios días hubo operativos en la zona.

Incluso, cuando el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda, se fugaron, los operativos policiacos y del Ejército se intensificaron en esta zona no solo para detener a los dos indiciados sino para localizar a los 43 normalistas desaparecidos.

El 21 de octubre, tres días antes de que el gobernador perredista Ángel Aguirre solicitara licencia para separarse del cargo, varios helicópteros de La Marina, Policías Federales, Gendarmería y del Ejército, arribaron a Carrizalillo.

Les había llegado el informe de que el ex edil y su esposa estaban refugiados en una casa de uno de los integrantes de Guerreros Unidos.

En ese operativo policiaco y militar sólo fueron detenidos varios integrantes de este grupo delictivo.